El sector de la edificación ha centrado parte de sus esfuerzos a reducir su huella de carbono y así hacer frente a los efectos del cambio climático. En la actualidad existen una diversidad de enfoques que enriquece el análisis para diseñar y construir eco-edificios como son: Life Cycle Assessment, certificaciones LEED, BREAM, Cradle to Cradle..., ahora bien a la hora de importar estos modelos conceptuales, centrando-se en exceso en la reducción del carbono en la edificación, podemos cometer el error de olvidar que los buenos diseños ecológicos como las ideas nacen de la necesidad local.
"La impresión reemplazó el persistente predominio del oído en el mundo del pensamiento y la expresión por el predominio de la vista, que tuvo sus inicios en la escritura. Desde su punto de vista, se trata de un insistente mundo de datos fríos y no humanos. Nos guiamos por el sentido de la vista, siendo conscientes de que este sentido es menos fiable que el tacto o el oído"
Juhani Pallasmaa
Pallasmaa llegó a decir que el ojo es el órgano de la distancia y de la separación, mientras el tacto lo es de la cercanía, la intimidad y el afecto. Hemos estado ciegos pensando: que proyectar obra nueva desde cero con las últimas tecnologías era lo más ecológico, que existen los materiales sostenibles en la construcción, que la eficiencia energética en la edificación era suficiente para lograr edificios sostenibles, que el modelo de estrategia Top&Down para proyectar soluciones era la más correcta , etc.
En la actualidad, la arquitectura y la construcción han terminado por dar relevancia a lo que podemos ver: la estética y la cantidad de recursos consumidos en un edificio y sobretodo como no, el coste económico que conlleva. La aceleración económica y administrativa ha echado que nos limitemos a seguir lo que marca la normativa de construcción, perdiendo la oportunidad de proponer edificios estrechamente ligados a las nuevas configuraciones familiares en constante evolución, a las necesidades culturales actuales o a un uso más domesticado de la ciudad.
La directriz de la mayoría de los edificios que llamamos hoy sostenibles, ha sido buscar la rentabiliad económica con el ahorro de consumos energéticos y reducir las emisiones de CO2, dejando de lado la calidad de habitabilidad en los edificios. Hemos olvidado que se diseñan edificios para la gente y sus actividades.
Ya se puede construir un edificio llevando al limite el diseño bioclimático, utilizando materiales ecológicos, reciclados y de bajo impacto energético, equipado con las instalaciones de última generación con los rendimientos más altos del mercado que si al final nadie utiliza ese edificio y no se habita, se convierte en el edificio más insostenible de mundo.
En la actualidad, la arquitectura y la construcción han terminado por dar relevancia a lo que podemos ver: la estética y la cantidad de recursos consumidos en un edificio y sobretodo como no, el coste económico que conlleva. La aceleración económica y administrativa ha echado que nos limitemos a seguir lo que marca la normativa de construcción, perdiendo la oportunidad de proponer edificios estrechamente ligados a las nuevas configuraciones familiares en constante evolución, a las necesidades culturales actuales o a un uso más domesticado de la ciudad.
La directriz de la mayoría de los edificios que llamamos hoy sostenibles, ha sido buscar la rentabiliad económica con el ahorro de consumos energéticos y reducir las emisiones de CO2, dejando de lado la calidad de habitabilidad en los edificios. Hemos olvidado que se diseñan edificios para la gente y sus actividades.
Ya se puede construir un edificio llevando al limite el diseño bioclimático, utilizando materiales ecológicos, reciclados y de bajo impacto energético, equipado con las instalaciones de última generación con los rendimientos más altos del mercado que si al final nadie utiliza ese edificio y no se habita, se convierte en el edificio más insostenible de mundo.
La habitabilidad que entendemos en la actualidad en los hogares se desarrolla siguiendo un modelo insostenible originado por los estándares sociales, ligados a altos consumo de recursos. En la búsqueda de mayor confort de vida de las personas ha llevado a consumir más materiales, energía y emisiones de gases de efecto invernadero en sus viviendas.
Por lo tanto, todo proyecto sostenible tiene que buscar la máxima calidad de habitabilidad cubriendo la satisfacción de necesidades de las personas, reduciendo a su vez su huella de carbono.
Por lo tanto, todo proyecto sostenible tiene que buscar la máxima calidad de habitabilidad cubriendo la satisfacción de necesidades de las personas, reduciendo a su vez su huella de carbono.
Este nuevo enfoque a la hora de proyectar se asimilo en el máster de Intervención Sostenible en el Medio Construido (MISMeC) realizado en la ETSAV, la cual lo dirige Albert Cuchí.
En el master se mostró como el concepto de habitabilidad va más allá del que entendemos en la actualidad en el sector, enmarcado en la normativa como una exigencia de mínimos dimensionales a cumplir para la satisfacción de las necesidades fundamentales de la personas en la vivienda.
Por lo tanto, la habitabilidad concierne a una escala urbana incluso territorial, pues es la que satisface las necesidades vitales no sólo de ''alojamiento residencial'', sino también de ''producción'' del ser material activo; incluyendo: las satisfacciones relativas al “asentamiento” (ubicación en suelo adecuado y seguro); al correspondiente “espacio público” con sus elementos de urbanización e infraestructuras (acceso a la agua potable, saneamiento de las aguas grises, evacuación segura de aguas pluviales, caminos y calles en buen estado, energía básica, recogida de basuras, transporte; comunicaciones…); a sus ''equipamientos'' (escuela, puestos de salud); así como al ''espacio productivo'' necesario (el sector servicios, los talleres domésticos y la subsistencia agropecuaria).
Existen distintas demandas de habitabilidad según el perfil de usuarios en las viviendas, las condiciones de acceso para la satisfacción de necesidades de una vida no son las mismas en un niño, en un adulto autónomo o en una persona mayor.
La calidad de la habitabilidad debe responder al uso eficiente y gestión óptima de los recursos con las mínimas emisiones GEI y su grado viene determinado por los siguientes tres aspectos:
En el master se mostró como el concepto de habitabilidad va más allá del que entendemos en la actualidad en el sector, enmarcado en la normativa como una exigencia de mínimos dimensionales a cumplir para la satisfacción de las necesidades fundamentales de la personas en la vivienda.
Por lo tanto, la habitabilidad concierne a una escala urbana incluso territorial, pues es la que satisface las necesidades vitales no sólo de ''alojamiento residencial'', sino también de ''producción'' del ser material activo; incluyendo: las satisfacciones relativas al “asentamiento” (ubicación en suelo adecuado y seguro); al correspondiente “espacio público” con sus elementos de urbanización e infraestructuras (acceso a la agua potable, saneamiento de las aguas grises, evacuación segura de aguas pluviales, caminos y calles en buen estado, energía básica, recogida de basuras, transporte; comunicaciones…); a sus ''equipamientos'' (escuela, puestos de salud); así como al ''espacio productivo'' necesario (el sector servicios, los talleres domésticos y la subsistencia agropecuaria).
Existen distintas demandas de habitabilidad según el perfil de usuarios en las viviendas, las condiciones de acceso para la satisfacción de necesidades de una vida no son las mismas en un niño, en un adulto autónomo o en una persona mayor.
La calidad de la habitabilidad debe responder al uso eficiente y gestión óptima de los recursos con las mínimas emisiones GEI y su grado viene determinado por los siguientes tres aspectos:
- El control de los aspectos lumínicos, acústicos, térmicos, visuales y de salubridad entre un espacio habitable y el exterior a partir de los elementos constructivos. A mayor control de la radiación solar, de la ventilación, de la iluminación natural, del ruido del exterior hacia el interior mejor habitabilidad tendrá ese lugar.
- La morfología y el número de equipo instalado en un espacio construido, a mayor número de actividades a poder realizar y intensidad de uso en un mismo espacio mejor calidad de habitabilidad tendrá.
- La topología entre los espacios construidos, es decir depende del grado de accesibilidad entre espacios habitables como en el caso de distintas habitaciones de una misma vivienda o entre espacios habitables y no habitables como la vivienda con sus zonas comunes de un bloque plurifamiliar hasta llegar al espacio público.
Este distinto enfoque para una arquitectura sostenible se pudo ver en el estudio +PLUS realizado el 2007 por Frederic Druot, Anne Lacaton y Jean Philippe Vassal.
Los arquitectos franceses se centraron en una realidad a la que hasta ese momento las políticas arquitectónicas habían tratado casi siempre con ignorancia: los barrios residenciales modernos construidos durante las décadas de los 60 y 70 en la periferia de Paris.
En el proyecto se demuestra cómo el presupuesto inicial necesario para la demolición de los bloques plurifamiliares y el alojamiento temporal de sus habitantes podía emplearse de una forma mucho más adecuada y provechosa en la conservación, aumento de la superficie útil y mejora de la calidad de habitabilidad y durabilidad de las edificaciones existentes.
Las acciones del estudio +PLUS son mejorar la habitabilidad existente con el mínimo impacto ambiental, la cuales se muestran algunas en la siguiente tabla:
Los arquitectos franceses se centraron en una realidad a la que hasta ese momento las políticas arquitectónicas habían tratado casi siempre con ignorancia: los barrios residenciales modernos construidos durante las décadas de los 60 y 70 en la periferia de Paris.
En el proyecto se demuestra cómo el presupuesto inicial necesario para la demolición de los bloques plurifamiliares y el alojamiento temporal de sus habitantes podía emplearse de una forma mucho más adecuada y provechosa en la conservación, aumento de la superficie útil y mejora de la calidad de habitabilidad y durabilidad de las edificaciones existentes.
Las acciones del estudio +PLUS son mejorar la habitabilidad existente con el mínimo impacto ambiental, la cuales se muestran algunas en la siguiente tabla: